Buscar en este blog

Convento de Santa Clara

El antiguo convento de Santa Clara, ahora adaptado como centro del ICAS, es uno de los referentes de la arquitectura conventual de Sevilla. Para entender su historia hay que remontarse a la época de Alfonso X (El Sabio) quien con el propósito de repoblar la ciudad cede terrenos, entre otros, a su hermano el Infante Don Fadrique. Estos terrenos donde hoy se ubica el convento estaban ocupados por un conjunto de casas almohades y sus respectivos huertos (por ser zona alejada del centro de la ciudad) de las cuales aún se conservan algunos restos, como la alberca que se descubrió en el subsuelo del actual claustro. Don Fadrique construyó un palacio en estilo gótico, aunque el uso de mano de obra de los antiguos pobladores musulmanes hizo que en esta edificación hubieran elementos mudéjares. A día de hoy se está trabajando en una de las salas del palacio en la que se han descubierto parte de una de las torres, yeserías y pinturas murales de gran interés, que posiblemente se abran a las visitas corrientes en algunos meses. En esta sala se han eliminado los elementos conventuales de menor calidad constructiva y artística para recuperar el estado original palaciego en la medida de las posibilidades.
Restos de una torre del palacio adaptado a la fisionomía conventual
Yeserías del palacio























Restos de pinturas de una cenefa del palacio
En 1260 Don Fadrique se exilia de España y el rey cede los terrenos a la orden de Calatrava, aunque ésta no los ocupa si no que los cede de nuevo a las Clarisas, quienes estarán en el convento desde el año 1289 hasta 1998. Al principio las hermanas se adaptaron a la construcción inicial sin apenas modificaciones, en el siglo XIV hicieron algunas reformas y finalmente entre la segunda mitad del siglo XV y el siglo XVI, debido al poder de la orden, reformaron el convento, siendo esta reforma la más presente el la edificación actual. Se construyó la Iglesia, que a día hoy se encuentra practicamente abandonada y en mal estado de conservación debido a que no pertenece al ayuntamiento si no al arzobispado, y por tanto no entra en el proyecto de musealización. En ella hay obras de gran importancia de Martinez Montañés. Anexo a la iglesia se encuentra la sala de Profundis, que acoge el sepulcro del Obispo de Silves, el cual es el enterramiento gótico más antiguo de Sevilla.

También de esta época son las salas que sirven para exposiciones, el refectorio y el Claustro. Aunque al principio se aprovechó el patio interior del palacio como claustro, en el año 1530 se hizo el nuevo claustro renacentista, de mayores dimensiones y de planta cuadrada en lugar de rectangular.En él destacan los forjados de madera de las galerías con interesantes pinturas y azulejos, los zócalos también de azulejos que rodean toda la estancia, las yeserías y, por último, las pinturas murales del siglo XVI que se han hallado en la planta alta. También cabe destacar el refectorio (lugar de reunión para la comida) que está ricamente decorado con elementos de las mismas características. Como anécdota curiosa, adyacente se encuentra la cocina donde se dice que se quemó la cara con aceite hirviendo Doña María Coronel para huir de Pedro I.








Entrada al refectorio 

Refectorio

Detalle de yeserías en el refectorio
La siguiente reforma de la que podemos hablar es del siglo XIX, época convulsa en España en la que las desamortizaciones marcarán la historia de muchos conventos sevillanos, muchas veces para mal como es el caso del Convento Casa Grande de San Francisco que acabó perdiéndose  y otras veces para bien como en el Convento de la Merced, que se convirtió en el Museo de Bellas Artes acogiendo las obras de arte desamortizadas. En el caso de Santa Clara se permitió a las hermanas vivir en el convento pero se les obligó a dejar la vida comunitaria, por lo que tuvieron que dejar la gran sala en la que dormían todas juntas y construir dormitorios individuales. 

A principios del siglo XX el ayuntamiento adquiere parte del inmueble (la torre y alrededores), con el fin de acoger el museo arqueológico que poco más tarde fue trasladado a su ubicación actual. Para ello se lleva a cabo la reforma de esta zona, con la dotación por parte del arquitecto municipal Juan Talavera y Heredia de un aire más romántico al jardín que rodea la Torre de Don Fadrique, que se conserva en perfecto estado y sirve de testigo del palacio que allí hubo. también bajó el terreno a la cota original junto a la torre para recuperar su esbeltez y enmarcarla con un bello estanque. Actualmente quedan algunas piezas arqueológicas, como los capiteles, la imponente estatua de Fernando VII o la puerta de la primitiva Universidad de la Puerta Jerez (Colegio de Santa María de Jesús). En definitiva, el Convento de Santa Clara es un edificio que además de su importancia histórica, esconde tesoros que aún están por conocer por la ciudadanía e incluso por los propios expertos.





Antes de finalizar debo agradecer al Ayuntamiento de Sevilla por invitarnos a conocer este espacio y a Sergio del blog Cultura de Sevilla, que contó conmigo para esta actividad.

Datos de interés:

1 comentario:

  1. Gracias a ti por venir, siempre se disfruta más de una visita cuando vas con alguien al que también le gustan estos temas :)

    ResponderEliminar