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Iglesia del Buen Suceso


Fachada principal de la Iglesia del Buen Suceso de Sevilla

Esta iglesia tiene origen en una pequeña capilla del Siglo XVI dedicada a la Virgen del Buen Suceso, que fue concedida a los hermanos Obregones, quienes pensaron en erigir un templo mayor que formaría parte del Hospital de los Convalecientes. Con este objetivo, empezaron en 1690 las obras para la construcción de esta iglesia, que fue inaugurada el 8 de septiembre de 1730. Tras la ocupación de los franceses a principios del siglo XIX, la iglesia queda abandonada, y en 1896 fue cedida por el arzobispo a la orden de los Carmelitas, que había perdido sus posesiones en Sevilla, pero quería volver a instalarse en la ciudad.
Interior de la Iglesia del Buen Suceso

Este templo barroco fue concebido por los arquitectos de la familia Figueroa, entre los que destaca el conocido Leonardo de Figueroa. Para conseguir altura, el templo consta de 6 pilares, cada uno con 4 columnas de mármol rojo talladas por Pedro Roldán. Las pinturas de los retablos son de Domingo Martinez, al igual que lo fueran los frescos originales de la iglesia, de los que sólo quedan algunos restos en la entrada. Las pinturas murales actuales fueron encargadas por las carmelitas a Antonio Rodríquez, que las realizó entre 1920 y 1936.

Los retablos laterales son obra de José Fernando de Medinilla, encargados en 1733. Las obras escultóricas más destacadas del templo son la imagen de Santa Ana, de Martínez Montañés y la de San Alberto y Santa Teresa, de Alonso Cano.


Bóveda de la entrada

Datos de interés:
  • Entrada libre en el horario de apertura 
  • Dispone de folletos informativos
  • Contacto: 954211823
  • Localización: Plaza del Buen Suceso

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