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Real Parroquia de Señora Santa Ana

La Parroquia de Santa Ana, conocida como la catedral de Triana, es la primera iglesia de nueva construcción de la ciudad tras la conquista por parte del Rey San Fernando en 1248. En el año 1266 se empezó a levantar este templo por orden de Alfonoso X, conocido como El Sabio, quien aseguraba que Santa Ana (madre de la Virgen) había intercedido en la curación de la enfermedad que padecía en los ojos y por ello la construiría en su nombre. Fue erigida en estilo gótico-mudéjar, aunque con mas prevalencia del gótico, diferenciándose de las típicas iglesias sevillanas que se edificarían posteriormente. Además fue dotada de un sistema defensivo ya que era el único templo extramuros de la ciudad y, por tanto, desprotegido. Hasta que se erigió este templo la parroquia de Triana se había establecido en la pequeña capilla del Castillo de San Jorge (junto al puente de barcas, actual puente de Triana) pero este espacio era insuficiente para acoger a todos los feligreses del barrio, por lo que se decidió su traslado. Actualmente Santa Ana es patrona del barrio de Triana.

Interior de la iglesia


Portada principal
Portada lateral












Interior de la Iglesia

Como es habitual, a lo largo de los siglos se le han ido haciendo añadidos y reformas que han dado lugar a su morfología actual. Destaca la reforma barroca diseñada por Pedro de Silva tras el terremoto de Lisboa de 1755 que afectó a muchos edificios de la ciudad. En 1970 el prestigioso arquitecto Rafael Manzano lo restauró buscando devolver en la máxima medida posible su estado original, siendo destacada en su intervención la eliminación del enfoscado que dejó a la vista el ladrillo y la piedra. La torre que corona la iglesia es una clara muestra de esta mezcla de estilos que adquieren los edificios con el paso de los siglos; la parte inferior es claramente mudéjar (del siglo XIV),  mientras que el remate superior, erigido en el siglo XVII, es barroco.

Al entrar en la iglesia lo primero con lo que nos encontramos es el trascoro barroco, que acoge la virgen de la Rosa, una de las obras más importantes de Alejo Fernández. Continuamos la visita dirigiéndonos hacia la nave de la epístola (a nuestra derecha). La primera capilla, llamada de las ánimas,  es un templete decorado con yesos barrocos del siglo XVIII, aunque tiene origen en el siglo XVI. Acoge a la Virgen del Carmen. Le siguen la capilla de la Divina Pastora y la de la Virgen de la Victoria, entre las cuales se encuentra el sepulcro de Iñigo López, de gran interés por ser la primera obra en Sevilla de Niculoso Pisano (S. XVI), introductor de una técnica revolucionaria en Sevilla que permitió decorar cerámicas como si de una pintura al óleo se tratara. A continuación de la puerta se encuentra la Capilla de San Joaquín del siglo XVII cuyo retablo es atribuido a Bernardo Simón de Pineda.  Por esta capilla se accede a la cripta de la iglesia que acoge el museo parroquial.
Virgen del Carmen
Capilla de las Ánimas
Cúpula Capilla de las Ánimas
Divina Pastora
Trascoro
Virgen de la Victoria
San Joaquín























sepulcro


Ya en la cabecera de la iglesia encontramos la capilla del Calvario, la Capilla Mayor y la capilla de Madre de Dios del Rosario. La primera es la que acoge la pila bautismal y el Cristo del Socorro de 1620 que se atribuye a Andrés de Ocampo, y destaca por las pinturas murales que adornan la bóveda nervada. La capilla Mayor acoge el impresionante retablo renacentista de principios del siglo XVI, de estilo plateresco, destacado por las 15 bellas pinturas realizadas por Pedro Campaña en el año 1550. Está presidido por las imágenes de Santa Ana (titular de la iglesia) la Virgen y el niño, grupo escultórico del siglo XII, aunque el niño es del siglo XVIII. La Capilla de Madre de Dios del Rosario está presidida por un retablo barroco realizado entre 1709 y 1713 que a coge a la Virgen del Rosario de 1816.
Altar Mayor
Santa Ana, la Virgen y el niño





Capilla del Calvario
Capilla del Rosario



Virgen del Rosario
Antes de seguir nos giramos para contemplar el coro, cuya sillería fue realizada entre 1619 y 1620; destaca el órgano realizado en 1814. A continuación en la nave de la epístola se encuentra la Capilla Sacramental del siglo XVI en la que destacan las yeserías que la enmarcan y las pinturas de la bóveda de media naranja. Alberga un retablo de 1713 que acoge a la hermandad del Santísimo Sacramento. La siguiente Capilla es la de San Cristóbal ( Portador de Cristo), de mayor tamaño, cubierta por bóvedas estrelladas del siglo XV y decorada por un zócalo de azulejos del siglo XVI, aunque tiene añadidos posteriores. Frente a la misma, en el lateral del coro, está el retablo del siglo XVII de las Santas Justa y Rufina.

Santa Justa y Rufina eran dos hermanas alfareras nacidas en Triana en los años 268 y 270 (bajo del dominio romano de Hispalis) que, cuando una procesión pagana pasó pidiendo limosnas por su casa, no sólo se negaron a pagarles si no que rompieron la escultura, tras lo que fueron condenadas a torturas muriendo finalmente encarceladas. La iglesia concedió la santidad a estas mártires sevillanas a las que se les atribuyó la protección de la Giralda para que no se derrumbara en el terremoto de 1504, por lo que siempre aparecen representadas sosteniendo la torre.

Órgano



Sillería del coro
Capilla Sacramental


Capilla Sacramental
Capilla de San Cristobal 
Capilla de San Cristobal



Retablo Santa Justa y Rufina

La siguiente capilla es la del bautismo,del siglo XVII, también con una interesante decoración con pínturas y un zócalo de azulejos. La última Capilla, de esquema similar a la primera de la que hablamos (la Capilla de las Ánimas) está dedicada a San Francisco y presidida con un interesante retablo plateresco del siglo XVI que acoge bellas pinturas de la escuela de Domingo Martínez.
Capilla de San Francisco
Capilla San Francisco

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