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lunes, 12 de febrero de 2018

Las Casas más antiguas de Sevilla: Casa del Rey Moro


Este edificio tiene un notable interés por ser uno de los edificios residenciales más antiguos de cuantos se conservan en la ciudad de Sevilla (Si no tenemos en cuenta las de corte Palatino, como los Alcázares). Su construcción se data a finales del Siglo XV, coincidiendo aproximadamente con los orígenes de otros edificios como la Casa de los Marqueses de la Algaba, de Pilatos o Dueñas pero que no se pueden llevar el galardón de la más antigua por ser también de corte más palatino y conservar muy poco del edificio original. También son notables ejemplos por tener orígenes incluso más primitivos la Casa de Altamira (s. XIV) o la de Mañara (S.XV), pero quedan también excluidos porque conservan muy poco de la original (en el segundo caso de hecho hay muy poca relación entre la construcción del Siglo XV y la actual). Podría ser un rival directo la casa 17 de la calle Argote de Molina, una casa señorial que conserva intactos los muros de la primera década del Siglo XV y algunos elementos decorativos.
Patio interior de la Casa del Rey Moro
El origen de la denominación de Casa del Rey Moro, del cual se tiene constancia desde el Siglo XVII, no se ha aclarado. Celestino López Martínez hizo un estudio que le llevó a afirmar que la casa perteneció al Rey de Niebla en el Siglo XIII, quien se refugió en Sevilla, según se creía, en estos terrenos cedidos por Alfonso X. Sin embargo, los estudios posteriores demostraron que la casa era una construcción mudéjar de la última década del Siglo XV, lo que descarta la teoría y vuelve a la incógnita sobre su nombre, el cual posiblemente fuera utilizado por los sevillanos en vista de su apariencia morisca.

La casa fue bastante desvirtuada en el siglo XIX, cuando sufrió importantes modificaciones para adaptarse a su uso como casa de vecinos. Sin embargo fue adquirida por la Dirección General de Bellas Artes y restaurada a partir de 1970  bajo la dirección de Rafael Manzano y posteriormente Alfonso Jiménez, quienes recuperaron la fisionomía primitiva del edificio. En la Actualidad es sede de la Fundación Blas Infante.
Fuente: Fototeca de la US


La casa destaca en la calle Sol por su fachada de ladrillo visto (aunque pintado de blanco). Sin embargo, aunque este carácter diferenciador sea el que a muchos haga sospechar de su origen más antiguo, paradójicamente lo más probable es que no fuera éste el aspecto original de la fachada, ya que habitualmente éstas solían estar enfoscadas para tapar el ladrillo, considerado un material de construcción pobre. La imagen actual también difiere formalmente de la original,  ya que tanto las ventanas como la puerta central son modernas. La arquitectura mudéjar era muy introspectiva y creaba pocas ventanas al exterior, en busca de la intimidad y de hecho también en cumplimiento de la normativa, que exigía que los vanos fueran tan pequeños que no fuera posible ni asomarse. También la puerta estaba descentrada con respecto al patio, para que éste (al cual se volcaba la casa) no pudiera vislumbrarse a penas desde el exterior. Es muy interesante en esta casa la conservación de esta disposición, a pesar de que se haya abierto también una puerta centrada.

Fachada de la Casa del Rey Moro a la Calle Sol


Vista del patio interior desde la puerta original
Lo más interesante de la Casa es el patio mudéjar, considerablemente bien conservado, en el cual quedan algunas de las originales columnas retorcidas de ladrillo. Es un magnífico ejemplo del uso del ladrillo en detalles decorativos. En la actual sala de juntas se conservan también (muy restaurados) los tirantes de una armadura mudéjar original que fue reconstruida en la última restauración. Es interesante también el hecho de que parte de los terrenos de las antiguas huertas del edificio conserven todavía este uso, en una zona en el que los solares están muy cotizados. En estos huertos se conservaban hasta hace poco restos arqueológicos de algunos de los elementos del antiguo huerto, como la noria.







Armadura de la Sala de Juntas
Quiero terminar esta entrada agradeciendo a Virginia de Paseos por Sevilla que nos organizó esta visita y a la Fundación Blas Infante por permitirnos el acceso.

Fuentes:
- Web IAPH 
-FALCÓN MÁRQUEZ, Teodoro. Casas Sevillanas. Sevilla: Editorial Maratania, 2012
-VÁZQUEZ CONSUEGRA, Guillermo. Cien Edificios de Sevilla. Sevilla: Consejería de Obras públicas y transportes, 1988

Datos de interés:

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